Comentario
Después de la crisis del siglo XII a.C., la recuperación que empieza a producirse aproximadamente en el cambio de milenio viene a constituir el inicio de lo que, desde el punto de vista de la cultura material, se conoce como Edad del Hierro. Ello significó una utilización más intensa de todos los metales, incluidos el bronce y la plata, lo que sirvió de estímulo para el desarrollo técnico y para las relaciones de intercambio entre los pueblos del Mediterráneo. Todos los aspectos de la vida económica se vieron profundamente alterados, desde la agricultura y las distintas manufacturas hasta la guerra, con la introducción de instrumental agrícola y de armas. Así, se aumentaba la rentabilidad del trabajo y se creaban nuevas profesiones, con actividades que absorbían los excedentes de mano de obra. Al mismo tiempo, la industria bélica facilitaba la defensa de los territorios y las empresas dirigidas a controlar las zonas de donde provenían los metales. Las inversiones se hacían posibles igualmente gracias a la creciente rentabilidad y la producción.
Los viajes dirigidos a la búsqueda de los metales fueron protagonizados sobre todo por fenicios, en un primer momento. Ellos fueron los intermediarios que abastecían a los grandes señores de los imperios despóticos del Próximo Oriente. En esas condiciones, en que los fenicios tienen acceso a mercados griegos y abren nuevas rutas marítimas, tuvo lugar el inicio de la participación griega en el mundo de los intercambios a gran escala. Hesíodo está preocupado por el hecho de que su hermano Perses, a quien dedica el poema "Los trabajos y los dias", pueda abandonar la tierra para buscar riqueza fácil en los viajes que se organizan por parte de los comerciantes, emporoi, dispuestos a realizar negocios al margen de las actividades nobles del campesinado. El poeta parece diferenciar la realización de determinadas campañas, en época del año que no afecte al trabajo del campo, con ánimo de intercambiar excedentes. Otra cosa es el tipo de viaje que se puede comparar al que habitualmente llevan a cabo los desprestigiados fenicios.